Los Grandes pecados de la Medicina...de los que gustan prohibir los médicos... (Tercera Parte)

DEL ALCOHOL...


SU ORIGEN


Se supone que apareció más por casualidad que por el ingenio del hombre. Su origen es más antiguo de lo que se cree, pues asociados al hombre prehistórico se han encontrado fósiles con vestigios de orujo y uvas prensadas. En Mesopotamia y Egipto, ya tenía una ganada fama la elaboración de vinos y cervezas.

La habilidad del hombre resulta asombrosa a la hora de fermentar diversos extractos biológicos para obtener bebidas alcohólicas: la uva para obtener el vino, las manazanas para la sidra, la cebada para la cerveza (aunque también sirven para ello el maíz, el arroz, el trigo, el mijo, el sorgo...). Todavía más asombroso es que insista, los destile y obtenga alcohol casi puro de ellos: del vino obtiene el brandy, el coñac o el aguardiente, de la sidra el calvados, de la cerveza de cebada el whisky, de la cerveza de maíz el bourbon, de la cerveza de centeno el rye, de patatas fermentadas el wodka, de la caña de azúcar fermentada el ron, del zumo de palma fermentado el arak y de la pita fermentada el pulque...

En realidad, el alcohol puro se descubrió durante la Edad Media gracias a la destilación del vino, y se vió que tenía una gran efecto intoxicante y anestésico (el nombre de alcohol deriva del árabe al koh´l, que se traduciría por droga).

SU USO

La primera "cogorza" de la que se tiene constancia es la de nuestro padre Noé, curiosamente el único hombre destinado a salvarse del furor de las aguas, por lo que se supone que se salvó con él el secreto de la fermentación de la uva. Otras "cogorzas" famosas corresponden al emperador romano Tiberio, de nombre Tiberius Claudius Nerón, a quien los soldados de su guardia llamaban, por su aficción al alcohol, Biberius Caldius Mero.


Por sus claros efectos embriagadores se asoció en sus orígenes a la magia y a la religión (ya en las ceremonias fúnebres de los egipcios, en las fiestas dionisíacas de los griegos o en el santo oficio de la misa de los cristianos). También tuvo un gran valor político pues cuenta Herodoto que los persas "después de bien bebidos, suelen deliberar acerca de los negocios de mayor importancia" y también al revés, pues "acostumbran a examinar, cuando han bebido bien, aquello sobre lo que han deliberado en estado de sobriedad". Hoy en día sólo se hace un brindis tras la firma de un importante tratado (aunque todos conocemos ejemplos de políticos que siguen la tradición persa).

Indudablemente, el brindis, ha sido una de las grandes escusas para lanzar loas al alcohol en general y al vino en particular. He aquí un pequeño ejemplo de ello:

"El que bebe, se emborracha.

El que se emborracha, duerme.

El que duerme, no peca.

El que no peca, va al cielo.

Y puesto que al cielo vamos... ¡bebamos!"

El juego es otro de los pequeños vicios a los que estamos expuestos, siendo la ludopatía uno de los grandes dolores de cabeza de los psiquiatras. Como estoy totalmente en contra de este vicio y lo considero peligroso y denigrante para la dignidad humana he estado meditando entre hablar de él o no, duda que he resuelto gracias a mi moneda de la suerte, y como la cruz era que no, he decidido que no voy a hablar de él, así que dejaré que sea nuestro querido don Pedro Muñoz Seca el que, por boca de Don Mendo, nos cuente los riesgos que entraña la asociación del juego con el alcohol, en este caso, con un clásico juego de cartas llamado el de las "7 y Media":

Magdalena: ¿Y por qué marcó esa hora

tan rara? Pudo ser luego...

Don Mendo: Es que tu inocencia ignora

que a más de una hora, señora,

las siete y media en un juego.

Magdalena: ¿Un juego?

Don Mendo: Y un juego vil

que no hay que jugarlo a ciegas,

pues juegas cien veces, mil,

y mil veces ves febril

que o te pasas o no llegas.

Y el no llegar da dolor,

pues indica que mal tasas

y eres del otro deudor.

Mas ¡ay de tí si te pasas!

¡Si te pasas es peor!

Magdalena: ¿Y tú..., don Mendo?

Don Mendo: ¡Serena

escúchame, Magdalena,

que no hay que jugarlo a ciegas,

porque no fuí yo..., no fuí!

Fué el maldito cariñena,

que se apoderó de mí.

LO QUE SE HA DICHO


Dijo del vino nuestro padre bíblico David que "bebido con templanza, es regocijo del alma y corazón". Un autor del siglo XVII especificaba más al respecto diciendo que "El primer vaso pertenece a la sed; el segundo a la alegría; el tercero al deleite, y el cuarto a la locura".

Por otra parte, un indio norteamericano, al ver los efectos que producía el aguardiente que vendían a su pueblo comentó: "debe estar hecho mediante un cocimiento de corazones y lenguas, pues después de beberlo se habla mucho y con soltura".

En el siglo I, en vista de que a los bárbaros les gustaba tanto la cerveza, el historiador Tácito se burlaba de ellos: "Si se les diera tanta como piden, llegarían a ser vencidos tan fácilmente por el vicio como por las armas", dejando claro que el alcohol puede ser eso, un vicio.

Otras personas decidieron defender la ingesta del alcohol. Nuestro refranero antiguo dice que "Agua que no has de beber, déjala correr" lo que completa el nuestro refranero moderno diciendo que "Agua que has de beber, conviértela en placer"; el mismísimo Homero ya comentaba que "Cuando al agua le crecieron alas, aparecieron el ingenio y la fantasía en el mundo", idea que remató Alejandro Dumas al afirmar que "el vino es la parte intelectual de la comida, mientras que los alimentos son la parte material".

El pueblo llano opina que "Quien se entrega a la bebida, enemigo es de su vida", aunque también es cierto que ha sido quizá el gran paladín del alcohol, especialmente del vino, ya que lo ha considerado bueno para combatir el frío ("Más abrigan buenas copas que malas ropas"), para la salud corporal ("Carne cría carne, y el vino sangre"), y como contrapunto elegante de alto significado social ("Comer sin vino, es miseria o desatino).

LA MEDICINA Y LA ACCION DEL MEDICO

Las bebidas destiladas son altamente tóxicas y, además del etanol, incluyen una serie de sustancias complejas de difícil clasificación, responsables en la mayor parte de las ocasiones de las famosas "resacas".

El alcohol produce una importante intoxicación, se oxida en su mayor parte en el hígado con efectos lesivos sobre el mismo favoreciendo la degradación del mismo hasta la cirrosis hepática severa. Produce también una importante dependencia física y psíquica.

Tiene un elevado aporte calórico (unas 7 calorías por gramo) en lo que se llaman "calorías vacías", pues no aportan proteínas, glúcidos, lípidos ni micronutrientes; por ello los alcohólicos suelen comer poco y presentar malnutrición.

El alcohol también puede matar al que lo ingiere, ya sea por efectos de la intoxicación etílica, por una progresiva cirrosis hepática, por conducir embriagado, e incluso de risa: "Según cuenta la leyenda, al gran adivino griego Calcas (el que aconsejó la construcción del famoso Caballo de Troya), mientras plantaba unas viñas en su propiedad, se le acercó un vecino que le pronosticó que no viviría lo suficiente como para poder beber del vino de aquellas viñas. Llegado el día en que el vino estaba listo, Calcas invitó al agorero; a punto de levantar la copa para beber, el vecino repitió su premonición, lo que provocó tal ataque de risa en Calcas que, incapaz de reprimir las carcajadas, murió ahogado allí mismo".

Por ello, y ya que nadie suele hacer caso a sus consejos, el médico acaba recomendando que "a la hora de beber alcohol por lo menos se debe optar por el vino, y preferentemente el tinto, pues éste conserva parte de los flavonoides originales de la uva que sirven como protección frente a los efectos hepatotóxicos del alcohol, tienen un alto poder antioxidante con lo que impiden la oxidación de las grasas circulantes y evitan su acumulación en las paredes arteriales". Así que ya lo sabéis, 1 o 2 vasos al día tampoco son tan malos (aunque en realidad, y todo hay que decirlo, el mismo aporte de flavonoides puede obtenerse con el mosto o zumo de uva no alcohólico).

http://idd0073h.eresmas.net/public/artic08/artic08.html

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