UNA MENTE PRIVILEGIADA O MALENTENDIDA




“El que no sabe llevar su contabilidad
Por espacio de tres mil años
Se queda como un ignorante en la oscuridad
Y solo vive al día”
Goethe


Es usual observar en el mundo exterior, la variedad de personalidad, sin embargo la sociedad se ha encargado de estandarizar unos patrones de comportamiento, y podemos notar que todas las personas que se sienten físicamente y psíquicamente “normales”, se comportan tal cual como lo disponen estos estándares, no necesariamente normas morales y éticas sino elementos triviales y banales tales como la moda (vestuario, vanidad, comida, fiestas), etiqueta, sentido común etc. Y estamos tan ensimismados en ese mundo que condenan de “locos” (socialmente y patológicamente hablando), aquellas personas que no se encuentran de acuerdo con dichas “normas”, y crean su mundo, aborrecidos de lo que hay en el exterior, quizás mucho mejor que este, donde sus fantasías son realidad, y para los “normales” son solo maquinaciones de una mente enferma, y lo peor de todo es que son sometidos a burlas y a las discriminaciones por parte de los demás por el solo hecho de no pensar igual y actual tal cual como ellos, es posible que haya en una población mas personas como los compañeros de estudio de Nash que del mismo Nash y por lo tanto es probable que esto agudice los llamados trastornos de la personalidad.

La historia de John Nash[*] no dista de presentar esta situación, probablemente el fue una persona que siempre se le presentaba el rechazo de las otras personas por ser “raro”, y aparentemente ser un “tonto”, no obstante realmente es un genio, una mente privilegiada, tiene una envidiable habilidad lógico matemática, que a propósito. ¿Vendría de familia independientemente de lo que sea (herencia genética, condicionamiento etc.)?, eso no lo podríamos saber, pero si la etiología de su trastorno, que puede venir de la convivencia en su hogar, colegio, generando en él en fases iniciales, un trastorno esquizoide de la personalidad, siendo persistentes estos factores, reforzándole aun mas su trastorno y para colmo de males ¡sorpresa!, esquizofrenia en la época de la universidad, reflejando en sus alucinaciones los deseos mas profundos de su ser; tener un amigo, (de por cierto muy opuesto a él e igual de brillante ) y en el trabajo un reflejo de su pasión por las matemáticas y el de descifrar códigos, en pro de una operación “secreta” de una conspiración contra los soviéticos que a propósito fue una paranoia de un miedo proyectado, a una causa social, representándose en el deber de la salvación de muchas personas, llevándolo luego a un hospital psiquiátrico, tratándolo con medicamentos que si eliminaran sus alucinaciones, a cambio de estar en una sedación crónica, perdiendo su esplendor mental, de ser un individuo mas plano sentimentalmente de lo que era, entonces nos preguntamos ¿Es posible que tratar a un paciente de este tipo, con medicamentos y tratamientos tan extremos como los electrochoques sea contraproducente?, según en la lógica de esta historia quizás si, pero quien sabe en otros casos clínicos ¿lo sería?, no se tiene una certeza para esa respuesta, lo que si se puede afirmar es que el poder de la mente es grande, por el hecho de tratar de aceptar su problema, de no usar la medicación utilizada para tratar su enfermedad, racionalizando el origen de sus alucinaciones, que son como personas o cosas molestas para si; puedes ignorarlas, pero no puedes de dejar de percibirlas ni mucho menos olvidarlas, pues viven de la atención y de la importancia dada, así podemos comprobar que la crueldad de las otras personas es un factor de riesgo, si no se sabe enfrentar a ella y el amor de otras puede remediar profusos males. Suplido con el amor de su familia: Su esposa Alicia y su hijo, de quienes recibió un apoyo incondicional, y quizás los únicos que realmente lo aceptaron tal como era y fue por ello el impulso de seguir con sus sueños y expectativas, hasta finalmente serle concedido un Nóbel, como recompensa a años de esfuerzo y de sufrimiento.

Por ende es una enseñanza de vida para nosotros como personas y para el ejercicio de la medicina, ya que es moralmente y éticamente erróneo juzgar a las personas por lo que piensan o por lo que simplemente hacen, aun siendo médicos psiquiatras, psicólogos o simplemente médicos no podemos juzgar de “locos o dementes ”, a todo individuo que no actúe sobre las normas establecidas, sin antes tener un sustento lógico para determinarlo, pues esto no depende de simplemente de generar un bien para la sociedad, sino de garantizarle un bienestar y lo mas importante respetar su autonomía y su dignidad y tener claro que sus decisiones cuentan, mas bien lo que debería hacerse es tratar de que el paciente pueda solucionar su problema por si solos, reforzándoles su habilidad mental[†], y no ir a los extremos desde un principio, así quizás podría ahorrarles miliares de “dolores de cabeza” tanto a los psiquíatras como a los pacientes tratantes, ya que la mayoría de los problemas, son resueltos por si mismo a enfrentándolos “cara a cara”y no por el mero efecto químico y/o metabólico de un fármaco, pues lo único que hace fisiológicamente hablando: inhibir un potencial de acción encargado básicamente de las emociones humanas.




[*] John Nash, Premio Nóbel de Economía 1994,
[†] No hace referencia a todos los casos

0 Anamnesis....: